martes, 18 de septiembre de 2007

Unidad I. Aparición y evolución del término (parte II)

Tradición clásica II parte:
La revisión liberal:
Uno de los referentes más importante de la tradición clasica se da en el contexto de una sociedad que emergió con una fuerza sin predecedente, caracterizada por su vigor, organización y espiritu de trabajo. Si bien este pensamiento siempre se debatió entre corrientes conservadoras y otras más liberales, en general la sociedad liberal intentará crear una nueva sociedad de ciudadanos libres y responsables ante la vida pública.
Por un lado destaca la corriente opositora a los principios liberales democráticos asentados en las primeras declaraciones y constituciones europeas (donde se establecia por primera vez derechos y libertades públicas) serán llamados conservadores, doctrinarios, tradicionalistas, reaccionarios (una especie de liberalismo conservador, muchos de ellos ingleses).
Para este pensamiento que puede ser considerado como uno de los antecedentes de la teoría de la sociedad de masas, "la opinión pública, no es sino la expresión del sentimiento y la irracionalidad de las masas, y si tiene algo de noble y racional, es por las clases minoritarias que son las que aportan las ideas y dirigen al resto de la sociedad". Al respecto, David Hume señalaba: "la razón actúa siempre al servicio de los instintos, es esclava de las pasiones y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y obedecerlas". (Monzón Cándido, Opinión Pública, comunicación y Política, pág. 74-75).
Edmund Burke rechaza el concepto de igualdad, porque la desigualdad es natural e inevitable en cualquier sociedad, y además porque es una palabra abstracta, una ficción que crea la revolución. Continúa diciendo: "...la elite parlamentaria, constituye una aristocracia natural formada por hombres superiores en virtud, sabiduría y capacidad, que descubren y decretan lo que es mejor para la nación...la masa del pueblo es incapaz de gobernarse asi mismaal no estar hecha para pensar o actuar sin guía ni dirección". El gobierno y la política son cuestiones de conocimiento y de razón, y no de opinión y voluntad (principio del sufragio censitario, 2% de la población total podía elegir).
Como vemos en el pensamiento conservador existe una actitud de precaución, miedo hacia las masas (turba, vulgo, producto del instinto irracional); y en el fondo de protección de los derechos minoritarios. De ahi, el papel de las elecciones, no como la expresión de la soberanía popular, sino como medio para encontrar a los mejores para formar la aristocracia natural parlamentaria.
En general, los doctrinarios se sienten comprometidos con cierto legado tradicional (monarquía, orden , clasismo), pero por otro, con ciertas conquistas conseguidas en la revolución burguesa. En la sociedad burguesa de los doctrinarios no se representan voluntades, sino intereses ( en función de la propiedad y la instrucción).
En ese permanente debate entre lo viejo y lo nuevo, el pasado estamental y el futuro liberal, surge el empuje por la representatividad. La ley de prensa, junto a la ley electoral, y el equilibrio de poderes, constituyen los tres pilares del régimen representativo. En ese contexto, cuando el periodismo se opone al gobierno, suplanta las funciones del parlamento, emerge como el cuarto poder.
EL TRASLADO DE LA PROBLEMÁTICA PRIVADA A LA ESFERA PÚBLICA:
Tocqueville y Stuart Mill se suman a la corriente que reivindica mayores derechos y libertades públicas. Pero también manifiestan su preocupación por una opinión pública y las masas que no actuan como contrapeso del poder desde la sociedad civil, sino como poder coactivo de las masas contra la inteligencia y la racionalidad.
Si bien apoyan el desarrollo de las libertades públicas, denuncian la coacción moral o el yugo de la opinión pública dominada por las muchedumbres y los mediocres.
LA OPINIÓN PÚBLICA EN LA SOCIEDAD NORTEAMERICANA: La nueva sociedad norteamericana tuvo en Alexis de Toqueville uno de sus principales admiradores.Y la discusión de la opinión pública se remonta al s. XVIII, a los debates de los padres fundadores de la nación americana. Por un lado se asentó una postura, en the Federalist papers, que veía a una opinión pública volátil, impredecible y dominable por aquellos que quisieran o supieran conducir las pasiones del pueblo. Para contener a la opinión pública era necesario diseñar una serie de poderes (legislativo, ejecutivo, judicial). En el paper no. 62 se habla de los peligro de la ventaja de los sagaces y ricos sobre la desinformada masa del público. y en no. 63 se hace referencia a que los senadores serán llamadaos a actuar en aquelos momentos particulares de los asuntos cuando el pubelo, estimulado por alguna pasión irregular actua de modo tal que luego lamentará y condenará.
Por otro lado, Thomas Jefferson creía que a la opinión pública habría que instruirla, informarla y educarla en vez de crearle limitaciones institucionales.Hamilton y Davidson creían que cualquier gobierno se sostiene en la opinión.Las aproximaciones teóricas durante el s.XIX tienen en su mayoría un carácter filosófico y normativo Childs, 1965). Y en buena medida tambi´ñen representaban ideas políticas, unas más conservadoras, y otras más liberales. Unos la veían como la voz de la calse emdia ilustrada, como una salvaguarda contra el desgobierno y como un agente de progreso, y otros la entendían como potencialmente peligrosa, superficial y transitoria (El hombre masa y la sociedad de masas como turba irracional). (Palmer 1936).
LA CORRIENTE IRRACIONAL Y PSICOLOGISTA
La corriente irracional (Freud), y la corriente fenomenológica-sociológica se gestaron en este siglo, y forman parte del esfuerzo por tratar de conceptualizar a la opinión pública pero desde el enfoque de los sentidos.
Martin López sintetiza la obra de Tonnies (Crítica de la opinión pública, 1922), señalando que el sustento de la opinión pública es un "conjunto de ideas y representaciones, a partir de las cuales se elaboran principios, máximas y reglas, y, a partir de ellas se enjuician las personas, acciones e instituciones". En segunda instancia (en cuanto a su objeto)la opinión pública tendría en los asuntos políticos su nucleo fundamental". En tercer lugar, en lo que hace a su papel, "toda vez que la opinión pública funciona como una especie de código moral, se centra sobre las transgresiones, juzgando la corrección formal de los comportamientos". Cuarto, y relativo a su naturaleza, "todos cuantos viven en sociedad y tienen conciencia de los asuntos sociales y políticos, tienen el deber de participar en la elaboración de la opinión pública. Los pensadores del siglo XIX coincidieron en la necesidad de representación de la opinión pública y su canalización a través de mecanismos institucionales del sistema político. Finalmente se refiere al papel de los medios en la formación o refuerzo de las posiciones de la opinión pública.
Para Oncken (1914), la opinión pública puede entenderse como "una distribución estadística de delcaraciones expresadas por diferentes segmentos de la población, y estos segmentos pueden y deben de ser clasificados por su grado de competencia".
Bibliografía:
Medios y Opinión Pública (D`Adamo, García B., Freidenberg)
Opinión Pública, Comunicación y Política (Cándido Monzón).

1 comentario:

Julieta Beatriz dijo...

La evolución del termino Opinión Pública ha tenido marcadas diferencias.
Muchas de estas diferencias están sustentadas en el hecho que algunas definiciones colocan el acento en relación con los marcos de referencias conceptuales en que se sustentan. Por ejemplo:

• Desde una perspectiva racional y voluntarista, Ferdinand Tönnies (1902) entiende: “Opinión pública como conglomerado de puntos de vista, deseos y propósitos diversos y contradictorios, y opinión pública como potencia unitaria, expresión de la voluntad común”.

• Desde una perspectiva mental-estereotipada, Walter Lippmann (1922) sostiene que: “Las imágenes que se hallan dentro de las cabezas (...) de los seres humanos, las imágenes de sí mismos, de los demás, de sus necesidades, propósitos y relaciones son sus opiniones públicas”.

• Desde una perspectiva liberal-democrática, Hans Speier (1950) entiende: “por opinión pública (...) las opiniones sobre cuestiones de interés para la nación expresada libre y públicamente por gentes ajenas al gobierno, que pretenden tener el derecho de que sus opiniones influyan o determinen las acciones, el personal o la estructura de su gobierno”.

• Desde una perspectiva crítica-normativa, Jürgen Habermas (1962) señala que: “Opinión pública significa cosas distintas según se contemple como una instancia crítica con relación a la notoriedad normativa pública, ‘representativa’ o manipulativamente divulgada, de personas e instituciones, de bienes de consumo y de programa”.

• Desde una perspectiva sistémico-informativa, Otto Baumhauer (1976) sostiene que: “La opinión pública es el producto del proceso transformativo de información introducida en el sistema abierto de clima de opinión pública”3.

• Desde una perspectiva psicosocial, Elisabeth Noelle-Neumann (1974) construye una definición operativa en la que sitúa la opinión pública como “las opiniones sobre temas controvertidos que pueden expresarse en público sin aislarse”4.

• Desde una perspectiva de la ciencia política, Giovanni Sartori (1987) sostiene que la opinión pública es ante todo y sobre todo un concepto político. Para el investigador italiano la opinión pública es “un público, o multiplicidad de públicos, cuyos difusos estados mentales (de opinión) se interrelacionan con corrientes de información referentes al estado de la res pública”
http://www.iidh.ed.cr/siii/index_fl.htm

Julieta beatriz